El primer obispo que declinó vivir en la capital de la Nueva Galicia para avecindarse en la de Guadalajara, convirtió la parroquia de San Miguel Arcángel en catedral provisional y la hizo reedificar a sus expensas. El recinto fue por eso fuente de legitimación para los primeros tapatíos y el sepulcro de los fundadores.
Palacio de Justicia de Jalisco
El Palacio de Justicia de Jalisco, en el numero 190 de la calle de Hidalgo, ocupa la manzana que sirvio de cuna y sepulcro a Guadalajara pues en ella se alzo, en 1542, el templo parroquial de San Miguel Arcangel convertido en catedral provisional en 1548.


Flanquea al sur de la escalera del claustro del Palacio de Justicia, que ve al este, una escultura broncínea del abogado, político y constitucionalista tapatío Mariano Otero (1817 - 1850), creador del juicio de amparo.

Ignacio L. Vallarta Ogazón (1830 - 1893) fue gobernador de Jalisco, secretario de Gobernación y de Relaciones Exteriores, presidente de la Suprema Corte de Justicia y candidato a la presidencia de México.
Corte arquitectónico y detalle al interior de la nave


El claustro principal del convento de Santa María de Gracia mantuvo ese uso con muy ligeras modificaciones de 1723 a 1871. Después de esta última fecha se le destinó a otros propósitos. Fue cuartel, imprenta, fábrica de vidrio soplado y de betún para zapatos; lo usó una organización gremial y Escuela Normal para señoritas antes de convertirse en Palacio de Justicia.

La Sala de Expresidentes del Palacio de Justicia, se ubica justo encima del sitio exacto donde se construyó en 1542 la primera parroquia de la ciudad luego catedral provisional, donde entre 1542 y 1562 fueron bautizados y sepultados los primeros tapatíos.

El Salón de Plenos 'Ignacio L. Vallarta', recinto donde sesionan los miembros de la Judicatura del Estado de Jalisco y deliberan y acuerdan las cuestiones de su competencia exclusiva, lleva el nombre del jurisperito tapatío que más elementos tuvo para alcanzar todos los rangos del poder público en Jalisco y en el pais; sólo le faltó ser Presidente de México.

Adorna el corredor Este una escultura de Temis ('ley de la naturaleza'), que personifica en la mitología griega la justicia y la equidad como una mujer que sostiene con la diestra una espada y con la otra mano una balanza en equilibrio.

Detalle del remate del imafronte del Palacio de Justicia el basamento de un asta, adornado con el águila real mexicana al modo como se usaba en el escudo nacional a fines del siglo XIX e inspirada en el símbolo supremo de la Gran Tenochtitlan: de frente, con las alas extendidas, encaramada en un nopal y al tiempo de devorar una víbora.

Sirve como vano de ingreso a Presidencia del Palacio de Justicia, un arco carpanel sobre jambas de capital toscano. Se trata de una variante del arco rebajado simétrico, por los pequeños arcos que tiene en los extremos.

El imafronte del Palacio de Justicia se terminó en 1897 y consta de tres calles, dos cuerpos y un remate. Su ingreso es un vano en forma de arco deprimido que se repite en el segundo. El fuste de las pilastras que les flanquean tiene decoración fitomorfa, en tanto que el friso de la cornisa, atributos relacionados con las artes y oficios.

Si la superficie total del convento de las dominicas de Santa María de Gracia fue de 5.43 hectáreas (54286 m2), la que hoy ocupa el Palacio de Justicia es apenas de 4212 m2. Sin embargo, por los motivos aquí expuestos, del desaparecido conjunto este claustro fue siempre el ámbito por excelencia de esta comunidad femenina.

En 1965 el pintor tapatío Guillermo Chávez Vega decoró los muros y la bóveda de la escalinata principal del claustro con un mural denominado 'Constitución y Reforma', el cual consta de cuatro secciones.

Como parte de las obras emprendidas para remodelar la zona fundacional de Guadalajara, entre 1947 y 1952, Ignacio Díaz Morales (1905-1992) acometió la tarea de extender los brazos de la Plaza de Armas, dejando como eje la catedral y el Sagrario Metropolitano, hasta formar con otros tres brazos una cruz latina. Su confín en el ángulo septentrional fue el Palacio de Justicia, que él remozó íntegramente, al igual que lo hizo con los demás edificios públicos y privados de tan señalado espacio público.

La gente del mundo y las ocupantes del convento dominico (quizá alguna vez 500 si tomamos también en cuenta que además de las monjas de velo y coro había novicias y postulantes, donadas y pupilas, sirvientas y esclavas) podían coincidir en horario diurno en el torno y los locutorios de la portería, en el corredor sur del primer nivel del claustro principal que aquí vemos.
Información extra


Para atender la educación femenina en su diócesis, cuarto obispo de Guadalajara -adonde pasó la sede episcopal en 1560-, invitó a un pequeño grupo de monjas, dominicas como él, para atender el beaterio de Santa Catalina de Siena, cuyas instalaciones permutaron en 1590 al lugar que fue parroquia y estaba funcionado como Real Hospital de San Miguel.

XI obispo de Guadalajara (a partir de 1646 y hasta su muerte), ejerció su ministerio de forma óptima de los 50 a los 67 años de edad. Por gestiones suyas la educación femenina a cargo de las monjas dominicas de Santa María de Gracia se convirtió en el colegio de San Juan de la Penitencia, que recibía niñas a partir de los diez años, para que vivieran en él en tanto no tomaran estado y a cambio de una cuota anual de 100 pesos. Esto hará crecer el convento seis manzanas.

En noviembre del 2022, siendo Magistrado Presidente del Supremo Tribunal de Justicia de Jalisco, el Poder Ejecutivo entregó en propiedad al Poder Judicial, el histórico monumento cuya estructura sirvió durante 250 años de claustro principal al convento de Santa María de Gracia y a partir de 1871 se destinó a usos diversos, como cuartel, imprenta, fábrica y Escuela Normal de Señoritas.

Planta original arquitectónica (1871) que se uso para la construcción del isométrico hipotético de como fue el conjunto ajustado a la escala métrica, con apoyo de imágenes satelitales, donde se presenta el polígono del predio actual y las calles que seccionaron el conjunto.

Entre 1892 y 1896, el ingeniero tapatío Lucio Gutiérrez lbarra (1850 - 1934) convirtió en sede de la Escuela Normal para Señoritas lo que es hoy el Palacio de Justicia, dándole la fisonomía que ahora tiene. Del convento del siglo XVIII rescató el claustro principal y la escalera de tres rampas -la de en medio en forma de abanico-.